lunes, 18 de enero de 2016

PIDIENDO LAS NACIONES

Las promesas de Dios expresadas en su Palabra son fieles. Todo lo que pidamos a Él en oración lo recibiremos. No existe un bien más preciado que las almas de nuestros seres queridos y de todos aquellos que nos rodean por eso debemos pedir por ellos. 
En tu oración de a Dios no olvides esta promesa que se encuentra en el Salmo 2:8:
"Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión tuya los confines de la tierra."
Nuestro Padre Celestial desea que por medio de nosotros alcancemos al mundo entero con la salvación y el amor del Señor. Pide que tu familia, vecinos, amigos, compañeros de estudio o trabajo también puedan ser hechos parte de la familia de la fe y que sus pecados sean perdonados al recibir a Cristo como Señor y Salvador.
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